¿Qué se puede hacer en la reforma de un local?

Las reformas de locales comerciales son muy comunes, ya que no hay dos negocios iguales. Eso significa que lo que al inquilino o propietario anterior le valía no le sirve al nuevo porque su sector es completamente distinto.

Además, se pueden llevar a cabo varias actuaciones siempre con la idea de hacerlo funcional y a la vez atractivo, puesto que si no llama la atención de los clientes estos no entrarán.

Redistribución del espacio

Quizá es en lo primero que se piensa, pues el espacio que requiere una clínica veterinaria no tendrá nada que ver con el de un bar. Aquí hay muchas posibilidades, pero lo cierto es que el pladur es una de las mejores. Es económico, hay varios tipos como los que aíslan del ruido, contra la humedad, etc., y se requiere de poca mano de obra a la hora de colocarlo.

Con estas placas de yeso laminado, se pueden hacer despachos, almacenes, crear reservados para restaurantes y casi cualquier cosa que se nos ocurra.

La fachada es muy importante

En muchas ocasiones, la reforma se centra en el interior, olvidándose por completo de la fachada, que será lo que los consumidores vean cuando pasen por la calle.

Se pueden poner cristaleras nuevas y, sobre todo, arreglar desperfectos, colocando pintura que vaya acorde a los colores corporativos, con el logo de la empresa, un cartel luminoso o podemos ir un poco más allá y contratar a un grafitero para que nuestro negocio destaque.

El interior debe ser funcional, moderno, espacioso, etc., pero sin un buen exterior serán pocas las personas que entren al negocio.

No hay que copiar a la competencia

Una costumbre muy arraigada es visitar locales de la competencia para tratar de hacer algo similar, sin llegar a copiar. Esto es un error que cometen en especial las personas que no tienen experiencia en los negocios.

Nunca hay que imitar a la competencia, de manera que hay que tratar por todos los medios que el local sea diferente, con mejores calidades, más cómodo, más moderno, original, etc., siempre dentro de nuestras posibilidades.

Podemos apoyarnos en las empresas de reformas, las cuales nos ayudarán mucho, pues algunas de ellas cuentan con decoradores en plantilla que pueden diseñar un local a medida a partir de un presupuesto base.

Emplear la psicología del color a la hora de pintar

Si tenemos que pintar, algo normal tras una reforma, siempre podemos sacar provecho de la psicología del color. Puestos a elegir nuevos tonos para las paredes, nos costará lo mismo que sean de uno u otro color y esto puede predisponer a nuestros clientes a comprar o a sentirse en calma y estar más tiempo dentro.

Por ejemplo, el color azul difunde confianza, mientras que el morado hace ver que somos creativos y el rojo consigue transmitir atrevimiento y emoción. Los colores del interior, elegidos con cuidado, pueden venirnos muy bien, pues todo suma a la hora de vender y en este caso es algo que no nos va a costar más dinero.